“Cañonazos de Cohiba contra las espadas de Edmundo, el Conde de Montecristo y el “Delirio”del pequeño rey de Trinidad”
ORLANDO QUIROGA
“HOMBRE HABANO 2004” – leggi l’articolo in italiano
Tras diez años de pleitos legales, Cohiba, de Cuba, ganó su demanda contra la utilización de este nombre fuera de la industria nacional.
– No se puede utilizar el nombre en pleito en productos con este nombre, Cohiba, que no sean fabricados en Cuba – decía claramente la resolución de la corte norteamericana.
Preámbulo apropiado para iniciar una operación de marketing sin precedentes en el caso de la vitola Edmundo, de la marca “Montecristo”, nombre en homenaje a Edmundo Dantés, el conde ídem de la novela francesa.
Vale recordar que esta marca fue creada en Cuba como homenaje al gusto de los trabajadores de las fábricas, en cada ocasión que el lector de tabaquería les leía la obra de Dumas.
Las oficinas de marketing de la Corporación Habanos, S.A. estaban vacías. Todos sus especialistas partieron hacia Italia, México, Inglaterra, España, Portugal y otros países para presentar la nueva maravilla de los torcedores cubanos, una vitola que, según algunos, pretende rivalizar con la fama desmedida –y bien ganada del Siglo VI, El Cañonazo- un tabaco poderoso, robusto grande, que ataca los sentidos tan pronto se enciende.
La pregunta es: ¿podrá el Edmundo, a pesar de su novedad, de su relativo menor precio y de su tamaño un poquito menor, batirse mes tras mes con la aureola de leyenda que el Siglo VI ha creado entre los fumadores de élite de todo el mundo?
– Yo creo que sí, porque Edmundo es una oferta distinta –afirma un fumador- no todo el mundo quiere ser fiel siempre a un puro? año tras año…. – El tiempo lo dirá –dice otro fumador- a mí el que me sigue gustando más es el Ramón Allones… – Y a mí el Belicoso de Bolívar –dice un amante de sensaciones fuertes.
Mientras, muy discretamente, las tres nuevas vitolas de Trinidad sacan sus arcabuces medievales y entran en la lucha. Trinidad, con su vitola única, se había vuelto demasiado jet-set, demasiado nariz alta, así que el nuevo que más me gusta, El Reyes, también conocido como Delirio, ha venido a democratizar la marca.
Estamos de plácemes los fumadores de buenos puros cubanos. Callen las voces opacas que quieren echarnos a perder uno de los pocos y legítimos placeres de la vida, el placer de fumar. Este regalo de los dioses debería seguir fomentando la amistad y la paz. Se ha comprobado que los que dejan de fumar se vuelven tensos, agresivos y son capaces de llevar a cabo atentados y masacres como las que estamos viendo…